1910 fue el principio del fin de un modo de medir la popularidad y el éxito de la música.
Hasta 1910 la venta de rollos de pianola, cilindros y aquellos primeros discos de una sola cara y corta duración era algo puntual y no servía para medir la popularidad de una canción o un artista. Sin embargo había otra forma de medir la popularidad de estas canciones y aunque os parezca difícil de creer a muchos era la venta de partituras. En 1910 este seguía siendo el medio predilecto y más fiable para calibrar el éxito. En esos años se vendían aproximadamente unos 2000 millones de copias de partituras en Estados Unidos.
Muchos hogares tenían un piano y rara era la familia en la que no tenían a uno de sus miembros dando vida a las teclas. Era una época anterior a la televisión y la radio en la que la gente debía entretenerse por ella misma.
El negocio de la música comenzó a cambiar gradualmente a partir de 1910. El piano dejó, poco a poco, de ser el protagonista en el hogar y a partir de 1920 la música impresa dejó de ser el gran negocio. Las ventas de partituras darían paso a la radio y finalmente a los discos.
Todas las décadas llevan una adaptación, quizá este breve artículo podría servir a más de uno en la industria musical actual para darse cuenta que los modelos cambian y que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Vivimos un tiempo difícil para la industria musical, pero igual que en otras décadas y situaciones, volverá a resurgir de una u otra forma. El ser humano no puede vivir sin la música ni la expresión artística después de los siglos que nos han precedido.
Fueron miles de canciones impresas antes de 1910 las que vieron la luz y nos llenaron de grandes éxitos. Os dejamos con algunas de las canciones que brillaron con luz propia en 1910.
Otras canciones que destacan de ese año son:
Put your arms around Me, honey
Come Josephine in my flying machine
I´m falling in love with someone
Play that barbershop Chord
Italian street sng